Tan triste como cierto. La oscuridad se cierne sobre la Selección Absoluta. Que es una cosa que me he preguntado yo siempre, por cierto. ¿Absoluta por qué? ¿Por el fracaso absoluto? ¿Por la Absoluta incompetencia? En fin, es un misterio cuya solución nadie conoce. Ni si quiera el excelso Ángel María Villar, presidente de la Federación, también conocido como Mister Fúrgol.
El pasado miércoles asistimos a un nuevo episodio de despliegue de calidad futbolística de ésta, nuestra selección (absoluta, recordemos) Llevado por una mezcla casi a partes iguales entre vergüenza ajena e indignación, mi compañero a la par que amigo Sergio (o viceversa) sacó a relucir su faceta crítica y su notable pluma (hablo de escribir, mal pensados, mentes calenturientas)
Vamos a despedazar el texto, y así pasamos un rato agradable. O no, quien sabe.
Si señores, lo he vuelto a hacer: he vuelto a ver un partido de la selección. Era una noche otoñal y decidí hacerlo, me apoltroné frente al televisor y en un alarde de valentía ( sólo comparable a la mostrada día a día por Chuck Norris ) me dispuse a ver otro partido de España, incluso con algo de ilusión (por qué no decirlo). Esa ilusión duro poco.
Pues sí, amigos. Masoquismo puro y duro. Eso es nuestra selección. Pero que vamos a contar a estas alturas de la película que no sepamos. Si hay alguien que disfrute sufriendo, esos somos nosotros. Ni el Atleti, oiga. Seguir a día de hoy a la Absolutísima debería ser considerado deporte de riesgo. Bueno, quizá ni si quiera deporte…
En el descanso pasó por mi cabeza la idea de cambiar de canal, pero mi fe en la selección y el hecho de que el mando esta mu lejos me lo impidieron. Me sosegué y me preparé (como el que prepara unas oposiciones, con mas miedo que ilusión) para ver la segunda parte. Y pasó. Cuando estaba en plena lucha por no quedarme dormio, un rumano llamado Marica (si, encima pa mas cachondeo se llama así) nos metió un golito.
Un Marica como verdugo de la selección española. ¿Qué tal le habrá sentado esto a la desbordante testiculina del Sabio de Hortaleza? Pero no ahondemos en el chiste fácil. Dejémonos de mariconadas, y sigamos con el tema.
Me fui a la cama humillado y recordando la cara de Aragonés ( con la cabeza gacha como intentando recordar si se había dejao el gas abierto y con cara de tener 40 de fiebre ) y pensando si sería su último partido. No creo aunque debería ya que nadie le toma ya en serio ( ni siquiera Marica ). Antes de dormirme algo pasó por mi cabeza y sonreí: ya queda menos para el Eurobasket de Madrid.
Toda la razón. Creo que he encontrado la postura del Señor Aragonés (Dimitidor Primero de España y Quinto de Alemania, y tal) a la que se refería el colega.
En busca de su credibilidad.
Y así, ante el desazón continuo que produce la Absoluta de las Absolutas en nuestros dañados corazoncitos, nos tendremos que refugiar en el fúrgol de canastas. Al menos en el parqué se demuestra un mínimo de profesionalidad.
Saludos!