martes, 28 de noviembre de 2006

La fiebre de Risto Mejide

No, Risto no está enfermo. Por si alguno estaba ya buscando el teléfono de Gestmusic. Risto no tiene fiebre. Risto es una fiebre. Y sí, es un producto. Y como casi toda España habla de este señor, pues me he dicho, ¿por qué yo no?


Este publicista agresivo de dudoso gusto para vestir tiene tras de sí una larga lista de amantes y detractores, como todo buen personaje polémico que se precie. Algunos son de la opinión de que hacía falta alguien con esa mala leche en el jurado de Operación Triunfo. Mejor unos jueces que tiren a dar que la empalagosidad saturante de programas como "Lluvia de Estrellas" o, el ejemplo más cercano, "Mira quién Baila", ¿no? Otros, sin embargo, lamentan que el despiadado Risto esté cebándose con los triunfitos hasta el punto de destrozarlos emocionalmente. Más incluso de lo que lo hacen los profesores.

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Sonrisa arrebatadora, listo para el ataque

Yo me incluyo en el primer grupo, el grupo de los que compartimos la mala uva de Risto. Y es que da gusto irse a la cama el domingo, con un largo lunes por delante, viendo como un tipo con el ego por las nubes y unas gafas por los pómulos deja el ánimo de unos cuantos por los suelos. A veces mola ser malo. Y bien lo sabe Telecinco, que es consciente de que los audímetros echan humo cuando Risto abre la boca.

Lo que muchos no saben (ni puñetera falta que hace, dicho sea de paso) es que este hombre no ha aparecido de la nada. Aparte de una presumiblemente brillante carrera en una agencia de publicidad que no se ha dado a conocer, el señor Mejide participó en un programa de cuyo nombre no me acuerdo, en el que la gente llevaba inventos absurdos para alimentar su autoestima y/o darse a conocer como inventores de relumbrón. Risto era uno de los encargados de decirle a estos inventores que sus creaciones eran una puta mierda. Lamentablemente (o quiza no), el programa este no duró más de dos programas en antena.

Pero eso se acabó. Ahora tenemos a Risto hasta en la sopa. Y para terminar, aquí os dejo un vídeo que resume la mala hostia de Mejide. Mala hostia constructiva y edificante, eso sí:



Y me despido ya, deseando lo mejor a esta fiera catódica. ¡Pongan un Risto en su vida!

PD: ¿Por qué la profesora esa de OT me recuerda tanto a Fiona, la novia de Shrek?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Risto nos ha abierto los ojos. ¿Qué haríamos sin él? Qué haríamos cada domingo a eso de las 12 si no estuviera dando caña? Pronto tendremos como producto oficial de OT "las mejores frases de Risto" y, claro está, será un éxito de ventas. ¡¡Ponga un Risto en su vida!!

pete dijo...

Risto es un educador incansable, que como bien dice mi colega alberto, hace que te vayas a la cama el domingo con un regustillo muy especial. House existe, aunque sea como crítico en un programa insulso de capuyos cantarines. Y no es un producto amigos mios; mi madre, que como toda peluquera que se precie tiene contactos, ha descartado dicha teoria afirmando que este hombre siempre ha sido borde. Pero un borde sincero.
Gracias querido Risto por decir lo que nosotros solo nos atrevemos a pensar.

Anónimo dijo...

Risto es un crack.
Ya que estan en la tele, que sufran un poquito :D