domingo, 28 de octubre de 2007

Libertinaje de expresión

Es hora de hacer una reflexión, amigos lectores. Hablemos de la famosa libertad de expresión, ese concepto que últimamente se está difuminando peligrosamente, a un ritmo lento pero seguro. Afortunadamente, y sobre el papel, en este país se puede hablar de todo. Atrás quedaron los tiempos de la censura y el tijeretazo. Pero esta libertad de expresión tan envidiable está degenerando en algo muy peligroso, sobre todo en el contexto de internet, aunque no en exclusiva. Y es que para algunas personas, que alguien no te permita amenazar o cagarte en los muertos de alguien en un foro es coartar drásticamente tu libertad de expresión. Mal rollito señores.

Lamentablemente, lo que podría quedarse en un ejemplo de "chiquillada" o "travesura" por internet (y quitando hierro al asunto), no permanece en estas fronteras. Estamos acostumbrados a que un diario de tirada nacional de cuyo nombre no quiero acordarme centre su línea editorial en mentiras, conspiranoia y veneno en general. ¿Quién dictamina dónde acaba la libertad y empieza el libertinaje de expresión? ¿Dónde se sitúa esa delgada línea? Y lo que es más grave, ¿qué se puede hacer o decir desde un medio de comunicación en nombre de la libertad de expresión, quedando impune? No hay cojones a tomar medidas.

La libertad de expresión del siglo XXI, por lo tanto, conlleva aceptar mentiras y manipulaciones varias. Y ojo, no sólo desde El Mundo, por desgracia (uy, ya lo he dicho). Aquí todo dios arrima el ascua a su sardina, no vamos ahora a descubrir América. Pero sí, tragamos con todo. Aceptamos las mentiras porque hay que aceptarlas, como algo natural e inevitable. Y mientras que esto sucede, en países tan cercanos como Italia o España se plantea como una opción a tener en cuenta la censura de blogs (a gusto del intoxicador de turno, por supuesto) y de contenidos de internet en general. Para que sólo opinen unos, los que menos incordien.

Reflexionemos sobre ello. Y hagámoslo por escrito. Quizá dentro de un tiempo, y aún a riesgo de que se me tilde de exagerado o apocalíptico, no tenga (tengamos) ese privilegio. Que se lo digan a la SGAE.

Seguiremos taladrando.

viernes, 26 de octubre de 2007

¿Qué es el periodismo?

Nos han pedido hacer una redacción para clase. En la universidad. Sí, se que así de entrada no suena demasiado como algo para presumir. Pero tampoco tenía intención de hacerlo. El objetivo de dicha redacción era reflejar lo que pensamos del periodismo, lo que significa para nosotros, estudiantes a la par que conejillos de indias del (alabado sea) plan de Bolonia. Y, amigos, no es una tarea nada sencilla. Ni mucho menos.

Es muy complicado determinar qué es el periodismo exactamente. Quizá no sea posible, y se trate en realidad de algo inexistente, como los cocodrilos de las alcantarillas de Nueva York o las neuronas de Ángel Acebes. O quizá no exista el periodismo, sino los periodistas, esas pequeñas personitas que hacen fotocopias y ponen cafés, y a las que a veces se les encargan cosas un poco más interesantes.

Para ellos, para cada una de estas almas descarriadas, comunicadores que comunican cual teléfono ocupado, existirá una visión distinta del periodismo. Algunos lo verán como un hobby, otros como una forma de vida. O de ganársela.

Personalmente, el periodismo me produce una sensación de vértigo tan abrumadora como estimulante. Una profesión a todas luces atractiva por la que, salvo (numerosísimos) momentos perfectamente justificados de crisis de fe, merece la pena luchar, sean cuales sean las motivaciones. Y que Prisa nos coja confesados.

PD: Si habéis notado que este blog no se actualiza a un ritmo demasiado rápido, adivinad quien tiene la culpa. Una pista: es el protagonista de esta entrada. Paradójico, pero es lo que hay.

lunes, 8 de octubre de 2007

Que verano tan largo, oiga

Y qué poco fructífero. Aunque esto suele pasar muy a menudo. Superado ya el estrés post-vacacional, y dejado más atrás aún el estrés vacacional (este puede ser mucho peor en algunos casos), ha llegado el momento de volver al blog. Aunque hay cosas que aún no tengo claras.

Sí, porque resulta que dejé aparcado este blog por falta de ideas. Y vuelvo a él sin tener ninguna interesante. Sequía, parece. Pero han sido tantas personas las que me han pedido que lo retomara (mi madre, algún amigo que no sabe leer y mi panadera) que no he podido hacer oídos tuertos a sus desesperadas súplicas.

Otra cosa que me ha sorprendido, y voy a hablar en serio por una vez en mi vida, es lo bien que se han mantenido las visitas al blog. Para no haber ninguna novedad desde Junio, la cosa ha estado bastante movidita. Gracias a todos, vengáis de donde vengáis, sean cuales sean vuestras intenciones. Se intentará hacer lo mejor posible.

Espero actualizar a menudo. Espero hacer algo novedoso, dar alguna sorpresa. Espero entretener, hacer pensar, arrancar alguna sonrisa (de cuajo si hace falta). Pero sólo lo espero, así que no pongo la mano en el fuego, que quema mucho.

Seguiremos taladrando.