jueves, 24 de julio de 2008

Cuando la actualidad se derrite

Hola amigos y amigas del taladro. Como habréis podido comprobar me encuentro inmerso en un fatigante período de inactividad bloguera. No son unas vacaciones en el sentido literal de la palabra, pero tampoco son lo contrario. No sé si me explico. Por si acaso, lo sigo intentando.

Es sólo que empiezo a notar en mis propias carnes eso de lo que tanto se habla al llegar julio, más o menos. Ese extraño fenómeno por el cual el número de páginas de los periódicos decrece de manera directamente proporcional al aumento de las temperaturas. Es como si las noticias también se fueran a tomar el sol a la playa. Parece ser que hasta la actualidad necesita un descansito. Merecido o no, ahí no entro.

De hecho, cuando llega el calor es de lo único que se habla en los informativos. Algo curioso, porque no sé dónde está la noticia en que haga calor en pleno verano. Algo se me debe escapar. Pero como hay que rellenar contenidos, las cadenas (unas más que otras, ¿verdad Antena 3?) optan por hablar del calor que hace en Sevilla, Valencia, Parla o Villanueva del Pardillo con incluso enviados especiales que sudan la gota gorda en directo. No nos interesa, no os esforcéis demasiado.

Y en esta tesitura me encuentro, intentando encontrar cosas de las que hablar (sin demasiado éxito) y resistiéndome a que el síndrome del periódico menguante y/o el efecto calor en España no se lleve por delante mi blog. Va a ser una ardua tarea, pero confío en aguantar estoicamente. No obstante, para bien o para mal, ya queda menos verano. Amigos lectores, incluso estoy dispuesto a aceptar vuestras sugerencias. Seguro que algo os inquieta, algo os preocupa, algo os divierte. Y si no, pues qué le vamos a hacer.

Las noticias no sé, pero yo si me tomo unas mini-vacaciones. Y en este caso sí son merecidas. Creo.

En breve, seguiremos taladrando.

miércoles, 16 de julio de 2008

Entre los escombros del E3

Hubo un tiempo en que el E3 (Electronic Entertainment Expo) fue el gran escaparate de los videojuegos a nivel mundial. Una fecha marcada en rojo en el calendario para todos aquellos que seguimos (o seguíamos) esta afición con cierto cariño. Pero este tiempo dorado del E3, por extensas y variadas razones que ahora no vienen al caso, se ha ido para probablemente nunca más volver. Y, con él, las sorpresas y la “magia” de un evento antes único.

Las compañías, que ya saben que la cosa va de capa caída, no hacen demasiado por evitar la debacle. Las conferencias cada vez son más aburridas (sobre todo en el caso de Nintendo, fracaso estrepitoso del que hablaremos en breve) y consistentes en realizar autofelaciones continuadas sobre lo bien que venden o expanden el mercado. Bien, mientras que ustedes se llenan los bolsillos, ¿a qué jugamos nosotros?

Vamos con Nintendo, anteriormente conocida como “la gran N”. También hubo un tiempo, cada día que pasa más lejano, en el que Nintendo se dedicaba a hacer juegos. Ahora el bombardeo de aberraciones que antes tenían gracia pero que ya empiezan a oler a kilómetros es exagerado e indiscriminado. No hubo apenas propuestas por parte de Nintendo exceptuando Animal Crossing, un tipo-sims más visto que el tebeo, un nuevo Wii Sports (eso sí, con detección de movimientos mejorada) y un Wii Music que huele a fracaso y naufragio jugable. Vamos, originalidad total por su parte. Wii y Nintendo DS son, hoy por hoy y si nadie lo remedia, consolas difuminadas y casi fantasmales, vagando como almas en pena por el mundo de las consolas. Verdaderamente decepcionante y lamentable.

Microsoft y Sony, aunque también con conferencias cercanas al tedio, al menos demostraron que siguen teniendo consolas con las que se puede jugar un rato de vez en cuando. Sin demasiadas sorpresas, pero con un futuro más que prometedor para ambas. Por ejemplo, y listo juegos que serán notables como mínimo, Resident Evil 5, Killzone 2, Banjo & Kazooie 3, un nuevo Prince of Persia, Fable 2, un nuevo Halo, Gears Of War 2, Final Fantasy XIII, etc.

Precisamente de la mano de Final Fantasy XIII llegó el único bombazo de la feria y, de hecho, una de las noticias más impactantes del mundo de las consolas en la última década. Desde este momento, Sony y su Play Station pierde la exclusividad de la saga Final Fantasy, que pasará a compartir con Microsoft, al menos durante esta generación de consolas. Todo un golpe de efecto y de timón totalmente inesperado.

Pero sí, en general, decepción absoluta por todas las partes. Sobre todo desde Nintendo, quienes parecen haber olvidado con esto de la ampliación de mercado y los nuevos jugadores ocasionales de todas las edades que los que les han mantenido durante toda su historia esperan algo más que entrenadores mentales, básculas para pesarse o simuladores musicales de más que dudosa calidad.

Hoy, por desgracia y aunque se veía venir, paseamos entre los escombros de Nintendo y del E3.

martes, 15 de julio de 2008

¿Quieres ser el visitante número 9999?

Hola amigos y amigas del taladro. Hoy estoy algo nostálgico, fíjate tú. Parece que fue ayer cuando este blog abrió sus puertas. Pero sólo lo parece. Porque este humilde sitio, una mota de polvo minúscula encima del flamante y novísimo mueble de Ikea que es internet, se acerca a los dos años de vida y a las 10.000 visitas. Visitas únicas, ojo, nada de hacer trampas actualizando la página cada vez que se vuelve de mear.

Es por ello que en La Taladradora nos hemos decidido festejar esta maravillosa circunstancia por todo lo alto celebrando una tremenda fiesta a la que asistirá el Taladrador y a la que, por supuesto, estáis todos invitados. Ya otro día si me levanto con buen pie os digo la dirección. O igual no lo hago y me zampo el catering yo solo, que uno con la crisis no tiene nada que llevarse a la boca últimamente.

Lo que sí es seguro (y también más económico, no nos vamos a engañar) es que desde este blog queremos premiar la fidelidad de los lectores. Por tanto, La Taladradora se enorgullece en anunciar que el afortunado visitante 9999, cifra redonda donde las haya, será entrevistado por mi persona (o por algún becario en prácticas, ya veremos), convirtiéndose en el protagonista de la página durante un día. El anonimato será opcional para los más tímidos. Mola, ¿no? Las preguntas cubrirán un amplio espectro de posibilidades. Por el momento se barajan cuestiones como “¿La familia que tal?” o “¿Qué harías si Gaspar Llamazares fuera elegido presidente del Gobierno?”.

Nunca se sabe cuando este blog va a recibir una cantidad ingente e inesperada de visitas, por lo que recomiendo a los lectores interesados en esta (genial) promoción que estén atentos a sus monitores por lo que pueda ocurrir en las próximas semanas.

Y recuerda: el protagonista puedes ser tú.

viernes, 11 de julio de 2008

Luis Miguel Domínguez, el sheriff de juguete

De vez en cuando nos llegan noticias desde el otro lado del charco que nos ponen los vellos como escarpias. Quien dice de vez en cuando dice casi a diario. Son especialmente divertidas las bonitas historias que se viven en Estados Unidos con cierta asiduidad, fruto probablemente de una paranoia latente y constante y de una pizca, por qué no, de estupidez. Historias que tratan de arrestos surrealistas, interrogatorios innecesarios y hasta de tactos rectales con premeditación y alevosía. O dicho de otro modo, la inseguridad de la seguridad estadounidense.

Una de las últimas caras de esta lamentable e increíble realidad ha sido la del naturalista Luis Miguel Domínguez, autor de documentales como "Fauna Callejera" o "Amazonia: última llamada" y actual colaborador en Cuarto Milenio. Resulta que en Arkansas llevar una chapita de sheriff de juguete encima implica pasar una noche arrestado y en el calabozo por suplantación de personalidad. Sí, detenido por culpa la típica estrella de sheriff de toda la vida. Hay que tener un par de huevos bien puestos señores. ¿Suplantación de qué personalidad? ¿De la de Woody de Toy Story?


El pobre pingüino tampoco se lo explica


Enlace a la noticia completa y pormenorizada en Cadena Ser.com


Si es que no se puede ser más peliculero, por Dios. Desde La Taladradora queremos mandar todo nuestro apoyo a Luis Miguel quien, a pesar de lo sucedido, no guarda ningún tipo de rencor a EEUU. Le honra. Y de paso, el saludo que el naturalista dio a este blog hace unos meses, cuando aún no había sufrido en sus propias carnes la idiotez e ineptitud congénita de ciertos elementos americanos.





Seguiremos taladrando, si nadie nos lo impide.

martes, 8 de julio de 2008

Encuentra las 7 diferencias




jueves, 3 de julio de 2008

Los dentistas, esos entrañables chupasangres

Antes de meternos en harina, un aviso a navegantes. En el caso de pertenecer a este honorable gremio o, en su defecto, ser familiar de alguno de ellos, la Taladradora recomienda no leer más allá de este inocente primer párrafo. No suelo ser benevolente, pero creo que la ocasión lo merece.

Al lío amigos. Todos tenemos un ránking personal y potencialmente transferible de profesiones a las que profesamos cierta tirria. En mi "top 3" particular se encuentran, no necesariamente en este orden, los taxistas, los peluqueros y los dentistas. Todos tienen cosas en común, aunque no lo parezca en principio. Por ejemplo, que los tres te sacan conversación aunque no quieras (o no puedas por el efecto de la anestesia) hablar de gilipolleces. O que los tres tienden a pasar de ti como de la mierda y hacer lo que les pide el cuerpo. Pero los dentistas se llevan la palma.

Ir al dentista es altamente desaconsejable. Yo fui un día a hacerme una revisión rutinaria y no he vuelto. Debo ser de los pocos españoles que no han sido hipotecados de por vida desde la primera visita en el maravilloso mundo de los dentistas. Y aún doy gracias. Una caries, un colmillo que duele un poquillo, incluso un “paluego” de hace dos días en una muela. Todo ello es susceptible de atarte, sin saber cómo, en las tinieblas de la consulta del dentista. Siempre te ven algo que te hace volver a las dos semanas, mira tú qué cosas. Y los Taladradores no creemos en las casualidades. De eso nada.

Hace poco llegó a mis manos un folleto de información sobre diversas prácticas de torturas dentales acompañadas de su precio en euros, torturante a su vez. Y mis ojos, absortos y llorosos, leyeron cosas que me hicieron retorcerme por el suelo de risa y de dolor casi a partes iguales. Al instante entendí que era mi cometido el compartir esta parcela de conocimiento dental con mis queridos y fieles lectores. Vamos allá:


- Limpieza de Boca. Tartrectomía. Ambas arcadas (GRATIS): Bueno, aquí se portan bien. Porque ya que reconocen que te van a dar arcadas, que menos que dejártelo gratis. Correcto.

- Casquillos de metal (10 euros): Por el nombre parece dedicado a excombatientes en Vietnam o algo por el estilo. No obstante, es barato, así que igual merece la pena arriesgarse. Quizá quede bonito y todo.

- Corona metal colada (48 euros): ¿Seguro que seguimos en el dentista? Una corona de metal, caramba. Seguro que Letizia frecuentaba esta consulta. Al menos con lo de colada reconocen que te la están colando. Bien, punto a favor.

- Corona de Zirconio (385 euros): Aquí ya sí que me llevo las manos a la cabeza. ¿Eso existe de verdad? Pero si parece algún objeto mitológico o algo así. ¡La leyenda de Zirconio y su corona mágica! Por el precio, podría serlo, desde luego.

- Composturas (65 euros): Esto debe ser por si la pierdes en la sala de espera. Por los nervios y esas cosas. Si es que los dentistas están en todo.

- Amputación Radicular Terapéutica (29 euros): Hostias. Suena a dolor, sangre e inflamación eterna. Amputación, así de claro y conciso. Al menos no es caro. Lo curioso es que han tenido la deferencia de poner lo de "terapéutica" al final, que parece que suaviza un poco el dramatismo.

- Cirugía a colgajo (37 euros): Aún a riesgo de repetirme, ¿seguro que estamos en el dentista? Mis partes íntimas no están tan seguras.


Esto es lo que te puede pasar si vas al dentista, amigo lector. Por tanto, no lo hagas. Nunca. Aunque tu boca se retuerza de dolor. Aunque escupas sangre. Piensa en que si vas, si te rebajas a ellos, serás su esclavo para siempre. Así que desde este blog pido resistencia, que los dentistas vean que la sociedad puede vivir sin ellos y sin sus aparatitos que hacen ruido, daño y dan grima en general.

Porque antes de que se caguen en nuestras muelas, es preferible que lo hagamos nosotros. En las suyas, obviamente.

miércoles, 2 de julio de 2008

Irreconocible España

Hemos ganado. Mis retinas aún no han asimilado lo que ha acontecido en las últimas 48 horas. Y no, no tengo demasiadas palabras. Hoy la hoja en blanco me da más miedo que nunca. Y me da miedo por dos razones primordiales y de peso. La primera, porque lo vivido este mes de junio ha superado todas las expectativas, incluso los augurios más optimistas. Y la segunda y más importante, porque no tengo más adjetivos que añadir al incontestable éxito de la selección española. Que por fin, y como Hacienda, ya somos todos.

Porque aunque esto podía haberse resuelto de forma catastrófica en los penaltis y ahora estaríamos maldiciendo nuestra suerte como siempre, en esta ocasión no ha sido así. Y hay que recordar que veníamos de una fase de clasificación más que tortuosa en la que estuvimos cerca de irnos de la manita de Inglaterra y con el rabo entre las piernas. Una clasificación en la que España tocaba y tocaba sin demasiado gol, aburriendo a las ovejas, y con un juego ligeramente mejorable. Y una clasificación en la que Aragonés, de forma lamentable en esos momentos, se había agarrado al puesto de seleccionador con uñas y dientes.

Pero con el primer partido y le goleada a los rusos la cosa cambió de forma drástica. Aunque entonces no éramos conscientes. Nos crecimos, y esta vez no encogimos en ningún momento. Firmamos la mejor Eurocopa de la historia al ganar todos los partidos. Conseguimos ser el equipo menos goleado y tener al pichichi del campeonato en nuestras filas. Hicimos que esta Eurocopa fuera la más seguida de la historia en nuestro país y, con las celebraciones de la jornada de ayer, se movilizó a más de un millón de aficionados en Madrid en un ambiente de fiesta sin precedentes. Manolo Escobar incluído.

Por todo ello, esta España que ha aparecido ante nuestros ojos de forma súbita e inesperada es casi irreconocible. Y que dure.

PD: Pudimos