Operación Mercadillo
Hola a todos. Y todas. Hoy voy a hablar de Operación Triunfo. Hace ya un año que no me metía en estos berenjenales, donde no me llaman ni me llamarán nunca, pero mira, me apetecía. Resulta que el martes pasado me senté en el sofá con mi pareja a presenciar (o intentarlo) una semana más el, en palabras de Risto, karaoke más caro del mundo. Pero no lo vi de brazos cruzados, como cualquier español sin tiempo libre, sino armado hasta los dientes con papel y bolígrafo.
Porque es de todos sabido que la publicidad y las promociones cada día son más hostiles, más entrometidas. No estoy descubriendo América. Pero el caso de OT, con un Jesús Vázquez en su versión más mercader de una esquina cualquiera de Túnez, nos avisa de que las cosas están llegando a un punto peligroso para la salud mental del espectador. Operación Triunfo se ha convertido en un mercadillo televisivo en el sentido más amplio del término, en el que, de vez en cuando, entre los cortes de publicidad, los coches, la ropa, los bancos, conciertos, los estrenos de películas, artículos de belleza, ordenadores portátiles (lapso para coger aire), se ve a alguien cantando. Y no demasiado bien, que esa es otra.
Por ello, y por ello lo del boli, me decidí a contar minuto a minuto lo que sucedía en pantalla. Lo sé, fue duro, no hace falta que me deis las gracias. Y estos, queridos amigos, son los resultados. Me permito un margen de error de dos, máximo tres minutos. Porque yo lo valgo.
Duración total de emisión: 22:15 – 01:15 (aproximadamente y sin contar el puto chat sin censura). Tres horitas.
Tiempo de programa: 133 minutos
Tiempo de anuncios (incluyendo cortes y promociones durante el programa): 47 minutos
Es decir, aproximadamente un 26% de esas tres horas de emisión y de audiencias millonarias son de publicidad. Ni más ni menos. Uno de cada cuatro minutos son anuncios. Olé. Cabe también destacar el número de cortes de publicidad. Este martes hubo seis intermedios, de una duración media de ocho minutos cada uno, salvo un “corte exprés” de un minuto. Y también es destacable el elevado número de promociones durante la emisión. Fueron diez, si no se me pasó ninguno, cosa bastante probable por otro lado.
Estos son los fríos números, las gélidas cifras que demuestran que la publicidad es exagerada, cruel y martirizante. Y no lo digo yo. Lo dice la Comisión Europea, y se lo dice a España, país que se pasa por el forro el límite de 12 minutos por hora impuesto por Bruselas. Sobre todo las televisiones privadas, entre las que se encuentra la abanderada de OT.
Pero, como dije al principio, no me meteré donde no me llaman. Cuando Telecinco es la televisión del mundo que más ingresos genera, poco se puede hacer. Bueno, sí, apagar la tele y los audímetros en señal de protesta. Pero entonces nos perderíamos a Virginia llorando porque Sandra le ha quitado la cámara de fotos digital que le ha regalado una famosa marca japonesa, por ejemplo.
Y de eso nada, que una cosa es tragarnos casi 50 minutos de publicidad, y otra es ser gilipollas.
Porque es de todos sabido que la publicidad y las promociones cada día son más hostiles, más entrometidas. No estoy descubriendo América. Pero el caso de OT, con un Jesús Vázquez en su versión más mercader de una esquina cualquiera de Túnez, nos avisa de que las cosas están llegando a un punto peligroso para la salud mental del espectador. Operación Triunfo se ha convertido en un mercadillo televisivo en el sentido más amplio del término, en el que, de vez en cuando, entre los cortes de publicidad, los coches, la ropa, los bancos, conciertos, los estrenos de películas, artículos de belleza, ordenadores portátiles (lapso para coger aire), se ve a alguien cantando. Y no demasiado bien, que esa es otra.
Por ello, y por ello lo del boli, me decidí a contar minuto a minuto lo que sucedía en pantalla. Lo sé, fue duro, no hace falta que me deis las gracias. Y estos, queridos amigos, son los resultados. Me permito un margen de error de dos, máximo tres minutos. Porque yo lo valgo.
Duración total de emisión: 22:15 – 01:15 (aproximadamente y sin contar el puto chat sin censura). Tres horitas.
Tiempo de programa: 133 minutos
Tiempo de anuncios (incluyendo cortes y promociones durante el programa): 47 minutos
Es decir, aproximadamente un 26% de esas tres horas de emisión y de audiencias millonarias son de publicidad. Ni más ni menos. Uno de cada cuatro minutos son anuncios. Olé. Cabe también destacar el número de cortes de publicidad. Este martes hubo seis intermedios, de una duración media de ocho minutos cada uno, salvo un “corte exprés” de un minuto. Y también es destacable el elevado número de promociones durante la emisión. Fueron diez, si no se me pasó ninguno, cosa bastante probable por otro lado.
Estos son los fríos números, las gélidas cifras que demuestran que la publicidad es exagerada, cruel y martirizante. Y no lo digo yo. Lo dice la Comisión Europea, y se lo dice a España, país que se pasa por el forro el límite de 12 minutos por hora impuesto por Bruselas. Sobre todo las televisiones privadas, entre las que se encuentra la abanderada de OT.
Pero, como dije al principio, no me meteré donde no me llaman. Cuando Telecinco es la televisión del mundo que más ingresos genera, poco se puede hacer. Bueno, sí, apagar la tele y los audímetros en señal de protesta. Pero entonces nos perderíamos a Virginia llorando porque Sandra le ha quitado la cámara de fotos digital que le ha regalado una famosa marca japonesa, por ejemplo.
Y de eso nada, que una cosa es tragarnos casi 50 minutos de publicidad, y otra es ser gilipollas.
4 comentarios:
Me ha gustado la entrada de hoy, y no sabia que habias vuelto a las andadas. Esto se avisa, hombre.
Respecto al tema, me ha parecido bastante curioso, que un entendido de publicidad haga las veces de guillotina en dicho programa, tan inundado de anuncios de principio a fin. ¿No es paradojico?
Por cierto, amigo taladrador, no sabia que tenia pareja.
Mi humilde felicitacion online.
Me alegra saber que has vuelto a las andadas.
Gracias por las felicitaciones varias. Pues sí, he vuelto, y esta vez espero no volverme a ir por mucho tiempo. Las sequías mentales siempre acechan, pero confío en darles esquinazo, jaja.
Saludos.
Yo si quieres josemi te digo cuando vuelve a escribir aqui el amigo taladrador y sera pa septiembre. Un dia me voy a armar de boli y papel y voy a apuntar cuando escribe Taladraman entradas en su blog pero amos si os fijais suele ser en Enero-Febrero, Mayo-Junio, Septiembre ¿A alguien le suenan estas fechas de algo?
Por lo demas buena entrada y lo de la publicidad desgraciadamente no me ha sorprendido (que cosa mas triste). Además ahora con el TDT hay mas variedad para hacer zapping no?
Es verdad, parece que en épocas de exámenes mi creatividad se activa para todo menos para estudiar.
Y con el TDT hay más variedad para hacer zapping, es verdad. Pero también se multiplican las posibilidades de ir saltando de anuncio en anuncio. Y tiro porque me toca.
Saludos!
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