Chute de nostalgia
En estos días invernales de enero en los que tienes que quitarte la chaqueta a causa del calor, ¿qué hay más recomendable que recordar tiempos mejores libres de cambio climático? Porque como reza el topicazo, ''cualquier tiempo pasado fue mejor'', hoy vamos a chutarnos nostalgia directamente en vena. Buen plan, ¿no? Y vamos a ver dos de las series de nuestra infancia que, personalmente, más recuerdo y más me trasladan a esos años de nuestra vida en los que nuestra mayor preocupación era no perdernos los dibujos animados de por la tarde, bocadillo de nocilla (qué merendilla) en mano.
Una de estas dos series era ''La vuelta al mundo de Willy Fog''. Aquí se produjo un caso similar al de D'artargan-Dartacán. La mayoría de nuestra generación aún cree que Willy Fog fue el que se empeñó en cumplir la apuesta de los 80 días. Craso error, fue Phileas Fogg el que dio la vuelta al globo en la novela de Julio Verne. que digo yo... ¿qué prisas no? Joder, ve más despacio y disfruta del paisaje. Todo el día que si tren que si barco. Menos mal que no existía por aquel entonces Air Madrid, porque le habrían dado bien por saco. Veamos la cabecera:
Qué mítico, por Dios. Y que temazo también, muy cuidado para lo que han sido (y son) las sintonías machaconas y sin sentido de la mayoría de series de animación de este tipo. Mocedades se curró este tema, que podéis escuchar entero aquí mismo. Ojo al acento francés, que casi no está forzado.
Y ahora vamos con una serie que probablemente conozca mucha menos gente, pero que en mi caso resume en dibujos animados parte de mi infancia. No era otra que ''Alfred J. Kwak''. No sé por qué me gustaba tanto, porque era triste hasta decir basta. Estoy seguro de que no fui el único niño traumatizado por el primer capítulo en el que el bueno de Alfred se queda solo en el mundo cuando, al cruzar la carretera, toda su famila muere atropellada por un coche. Sí, como el chiste pero sin tener ni puta gracia. Luego es adoptado por un topo muy majo. Vamos, que el pato sale adelante a pesar de la mala pata.
Una serie, para ser sinceros y a pesar de los vagos recuerdos que tengo de la misma, extraña de cojones. El summum es cuando el enemigo de la infancia de Alfred, un cuervo con muy mala hostia llamado Rudolf (sí, como el reno homosexual), se convierte de mayor en un dictador al más puro estilo Hitler. Tócate los webs.
Veamos la cabecera, con una canción muy ''gonita'' también:
Cua, cua. Salpica, chapotea, feliz en el agua, no esperes que salga, sólo habrá gotitas. Ah, pues de puta madre. No, la letra de la canción no es su fuerte.
Me he dejado muchas por el camino, como es normal. Pido disculpas a todos los fans de Los Trotamúsicos, Bola de Dragón, Campeones, Delfy, etc. Otra vez será.
Hala, a seguir taladrando. Pero con moderación, que luego pasa lo que pasa y vienen los lloros y los lamentos.
Una de estas dos series era ''La vuelta al mundo de Willy Fog''. Aquí se produjo un caso similar al de D'artargan-Dartacán. La mayoría de nuestra generación aún cree que Willy Fog fue el que se empeñó en cumplir la apuesta de los 80 días. Craso error, fue Phileas Fogg el que dio la vuelta al globo en la novela de Julio Verne. que digo yo... ¿qué prisas no? Joder, ve más despacio y disfruta del paisaje. Todo el día que si tren que si barco. Menos mal que no existía por aquel entonces Air Madrid, porque le habrían dado bien por saco. Veamos la cabecera:
Qué mítico, por Dios. Y que temazo también, muy cuidado para lo que han sido (y son) las sintonías machaconas y sin sentido de la mayoría de series de animación de este tipo. Mocedades se curró este tema, que podéis escuchar entero aquí mismo. Ojo al acento francés, que casi no está forzado.
Y ahora vamos con una serie que probablemente conozca mucha menos gente, pero que en mi caso resume en dibujos animados parte de mi infancia. No era otra que ''Alfred J. Kwak''. No sé por qué me gustaba tanto, porque era triste hasta decir basta. Estoy seguro de que no fui el único niño traumatizado por el primer capítulo en el que el bueno de Alfred se queda solo en el mundo cuando, al cruzar la carretera, toda su famila muere atropellada por un coche. Sí, como el chiste pero sin tener ni puta gracia. Luego es adoptado por un topo muy majo. Vamos, que el pato sale adelante a pesar de la mala pata.
Una serie, para ser sinceros y a pesar de los vagos recuerdos que tengo de la misma, extraña de cojones. El summum es cuando el enemigo de la infancia de Alfred, un cuervo con muy mala hostia llamado Rudolf (sí, como el reno homosexual), se convierte de mayor en un dictador al más puro estilo Hitler. Tócate los webs.
Veamos la cabecera, con una canción muy ''gonita'' también:
Cua, cua. Salpica, chapotea, feliz en el agua, no esperes que salga, sólo habrá gotitas. Ah, pues de puta madre. No, la letra de la canción no es su fuerte.
Me he dejado muchas por el camino, como es normal. Pido disculpas a todos los fans de Los Trotamúsicos, Bola de Dragón, Campeones, Delfy, etc. Otra vez será.
Hala, a seguir taladrando. Pero con moderación, que luego pasa lo que pasa y vienen los lloros y los lamentos.
2 comentarios:
Vuelvo al blog para decir ke esta si ke era una peazo de serie, madre mia, kuando me explicabas ke serie era no la rekordaba pero ahora ke la veo...madre mia ke rekuerdos, la serie era un poko triste al principio y yo rekuerdo incluso hasta haber dejado escapar alguna lagrimita kon esta mitica serie, pero era de aventuras y divertida, y el protagonista es de lo mas carismático.
Bueno espero que esta vez no me censuren el post, nos vemos
Muy wenas manué! Pues sí, yo también recuerdo haberlo pasado algo mal viendo al pato Alfred. Con lo que si recuerdo llorar fue con el final de Los Trotamúsicos.
Que años mas tontos...
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